Es la mirada que recibe, son las caricias, el tono de voz que escucha, el modo en que lo cogen en brazos, la calma que lo rodea, las palabras que le dedican….lo que va nutriendo al bebé en torno a la alimentación. Un bebé alimentado pero sin nutrir emocionalmente podría no llegar a un completo desarrollo psíquico o lo que es peor, podrían producirse fallas psíquicas irreparables. El bebé busca y necesita el encuentro con ese sostén que lo nutre desde el contacto piel con piel, que lo acuna, que lo mece, que lo protege. Poco a poco va a ir integrando lo que le calma o le agita, lo que le sosiega o le irrita, lo que le gusta o disgusta para ir configurando sus etapas de desarrollo psíquico. Deberá recoger todo lo que el entorno le da, para más adelante poder ser él quien comience a crear su mundo externo. Que haya un entorno en calma, un clima afectivo cálido, una energía amorosa influyen en cómo será su desarrollo psicomotor. La energía y el amor que rodee al bebé, será su motor emocional. Son generalmente los padres desde antes de que el bebé llegue al mundo quienes tratan...
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